martes, 13 de marzo de 2018

Desde la Federación de Peñas Sportinguistas queremos aplaudir públicamente iniciativas como la que el pasado fin de semana posibilitó que el niño de 10 años Andrés Linares, el 'guaje de Cartagena' como ya es conocido por la familia sportinguista, pudiera realizar su sueño de ver jugar al Sporting en El Molinón.
Pudo vivir así en primera persona el emotivo homenaje que la afición sportinguista brindaba a su mayor leyenda, en un estadio lleno hasta la bandera y que lució para ello sus mejores galas. No pudo además traer más suerte su presencia en Gijón, como corrobora el hecho de que el Sporting lograse su mayor goleada en casa en lo que va de temporada.
Toda esta historia de la que se han hecho eco tanto medios regionales como incluso nacionales y que tuvo su origen en el encuentro disputado en Lorca con aquella famosa pancarta, ha sido posible gracias a la iniciativa privada de una empresa inmobilaria gijonesa (y por supuesto sportinguista), la Agencia La Playa, quien corrió con todos los gastos derivados del viaje y la estancia de Andrés y sus padres. Es de justicia por tanto reconocerles el mérito.
El Real Sporting por su parte, como no podía ser de otro modo, brindó todo su apoyo para que la experiencia resultase insuperable e imposible de olvidar para el niño. Una experiencia rojiblanca en toda regla como no hubiese podido imaginar en el mejor de sus sueños.
Adjuntamos algunas fotos tomadas durante la estancia de Andrés en Gijón, quien se vuelve a su tierra con la ilusión de poder quizás participar en el próximo Campus de Mareo. No en vano, el chaval juega como portero y dicen de él que apunta muy buenas maneras.
Como se puede ver en las imágenes, el guaje además de ver el partido desde el palco donde fue invitado por el club, tuvo también tiempo no sólo para hacerse fotos con sus ídolos, tanto en el estadio como en Mareo al día siguiente del partido (llevándose alguna que otra camiseta de regalo en su maleta), sino que por supuesto no dejó de conocer nuestra ciudad y de disfrutar de nuestra mejor gastronomía. ¡Mejor imposible!